Saber cómo manejar la frustración en niños es parte clave para su desarrollo, y es que el hecho de que un niño sepa las diferentes formas de tolerar la frustración, les ayudará notablemente a afrontar cualquier situación a la que puedan enfrentarse en su vida.
Los niños están en una etapa en la que piensan que son el centro de atención y que se merecen todo, y es por ello por lo que resulta fundamental trabajar en enseñarles a los niños a tolerar esa frustración que se presenta por naturaleza al no conseguir algo que quieren.
En ese sentido, partimos de la premisa que complacer en todo momento a los niños y evitar que sientan la frustración ante cualquier situación, no favorecerá su desarrollo integral. Por ello, en este artículo vamos a entrar en detalle en este aspecto tan importante para evitar incluso, que nuestros pequeños terminen desarrollando problemas emocionales y psicológicos en un futuro.
¡Comencemos!
La frustración en los niños: Debes saber esto
Sin duda, la frustración es una emoción bastante desagradable que se presenta en situaciones en las que nos damos cuenta de que no somos capaces de lograr un objetivo importante o de conseguir algo que queremos o deseamos. En este sentido, aprender desde niños a tolerar la frustración permite afrontar positivamente cualquier reto y dificultad en todas las etapas de la vida.
Es importante destacar que, manejar la frustración se refiere a la capacidad de afrontar las situaciones en las que no conseguimos lo que queremos o las cosas no salen como nosotros esperábamos, y, en consecuencia, las molestias que esto genera mediante una gestión saludable de nuestras emociones. Por tanto, es una habilidad, y se puede trabajar y desarrollar en caso de no poseerla de forma innata. Eso sí, hay que tener en cuenta que existen distintos factores que influyen en la capacidad para gestionar la frustración de cada niño:
- Temperamento y carácter, ya que cada uno tendrá un límite de sensibilidad y tolerancia diferente ante la frustración.
- Tener una educación fundamentada en las emociones, con la autoconciencia y el autoconocimiento.
En este punto, es necesario tener claro que, el entorno familiar y el tipo de educación que se imparta marcará una diferencia importante, y en este caso, los extremos nunca son buenos (Es decir, no es positivo un estilo de educación que genere una constante frustración en el niño, pero tampoco lo será un estilo permisivo o sobreprotector que evite la frustración).
Es fundamental que el niño tenga claro que, así como vivirá situaciones donde logrará sus objetivos y deseos, también habrá casos en los que no.
Ya que cuando no se aprende a gestionar adecuadamente la frustración desde edades tempranas, en la adultez pueden llegarse a presentar problemas psicológicos como:
- Dificultad para controlar emociones.
- Un comportamiento más impulsivo e impaciente.
- Buscan la satisfacción instantánea, de manera que son impacientes y cuando deban afrontar la espera o posponer la propia satisfacción, pueden reaccionar de manera negativa.
- Son más propensos a padecer estrés, ansiedad y depresión ante las dificultades.
Teniendo esto en cuenta, afortunadamente hay muchas formas de trabajar positivamente la tolerancia a la frustración en la niñez, y desde Psicología y Bienestar vamos a profundizar con ello.
Consejos para manejar la frustración niños
Enseñar con el ejemplo
Una actitud positiva por parte de los padres a la hora de enfrentar situaciones complicadas es sin duda, el mejor ejemplo que tendrán los niños para aprender a solventar problemas.
Enseñarle la cultura del esfuerzo
Esto va relacionado con el punto anterior, y en este sentido, es necesario que el niño aprenda desde esta etapa de su vida a esforzarse por lo que quiere. De esta manera es como aprenderá que el esfuerzo es, en la gran mayoría de casos, la mejor solución para evitar el fracaso.
Evitar darle todo hecho
Si en la etapa de la niñez los padres le facilitan todo, no se le está permitiendo que al niño alcanzar sus retos por su cuenta, así como también es difícil que se equivoque y aprenda de sus propios errores para saber cómo afrontar el fracaso.
No ceder ante sus berrinches
Las situaciones donde hay una gran frustración derivan, en la gran mayoría de casos, en berrinches y rabietas. Si los padres ceden, el niño verá que esa es la manera más efectiva de resolver sus problemas, lo que tendrá importantes consecuencias negativas en su adultez.
Marcar objetivos
Es necesario enseñarle al niño a manejar la frustración marcándole objetivos razonables y realistas, pero sin llegar a exigirle que se enfrente a situaciones que, por su nivel de madurez o edad, sea incapaz de superar.
Convertir la frustración en aprendizaje
Las situaciones donde hay problemas son una excelente oportunidad para que el niño pueda aprender cosas nuevas y retener esos aprendizajes. De esta manera, tendrá la capacidad de hacer frente al problema por sí mismo cuando se le vuelva a presentar.
Desde Psicología y Bienestar reconocemos la importancia de trabajar desde niños la tolerancia a la frustración, esto evitará que en la adultez tenga problemas realmente graves que afecten su bienestar psicológico y emocional. En este sentido si quieres más información acerca de cómo te podemos ayudar, no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de atenderte.