Debido a la pandemia cada vez hay más niños y jóvenes con problemas de salud mental. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud estima que los casos de ansiedad y depresión han aumentado un 25% en todo el mundo. El colectivo que más lo padece es el de los jóvenes y el de los niños.
Como decía, los menores no se quedan atrás. Ahora mismo existe un colapso real del sistema sanitario, ya que pedir cita sanitaria para recibir atención primaria por temas relacionados con la salud mental tiene una espera en algunos casos de hasta 3 meses o más.
No se trata de un caso puntual, afecta a toda la península, y en general a todo el mundo, literalmente.
¿Por qué hay más problemas de salud mental?
Entre las principales razones que expone el estudio, cabe señalar el aislamiento social que supone la pandemia, ya sea por confinamientos o el aislamiento individual al que nos sometemos nosotros mismos. Por otro lado, los problemas derivados de la pandemia como las dificultades para encontrar trabajo, o encontrar el apoyo y el amor de los familiares que no residen cerca o de las comunidades donde residimos.
También, la soledad, el miedo a infectarse, y la preocupación constante de que los seres queridos fallezcan, o el miedo propio a la muerte hacen mella en la salud mental de la población. La pérdida de un ser querido, la preocupación por el dinero, junto a la inestabilidad económica, se han demostrado como detonantes principales de cuadros de ansiedad y depresión.
Entre los sanitarios, el agotamiento se ha convertido en una de las principales razones por las que han llegado a tener pensamientos suicidas, debido a las intensas largas jornadas de trabajo que han vivido durante las grandes oleadas de infectados por la Covid-19.
También se ha demostrado que la población joven es más propensa a autolesionarse y al suicidio. Es reseñable que el estudio indica que las mujeres sufren más los efectos que los hombres.
En otras palabras, es más probable que las mujeres desarrollen síntomas de trastornos mentales. Dentro de este grupo de personas más propensas, cabe incluir a los afectados por problemas físicos como el asma, el cáncer y problemas del corazón, anteriores a la pandemia.
Por otro lado, muchos pacientes que se encontraban en tratamiento tuvieron que dejar de ser atendidos a causa del coronavirus. Los pacientes que ya se encontraban en tratamiento han tenido que dejarlo, por lo que se han prolongado en el tiempo, y a éstos, se han unido las personas que debido a la pandemia han despertado un problema de salud mental.
De ahí se explican las largas esperas para iniciar un tratamiento con un especialista o, retomarlo.
Existe una clara proliferación de la atención psicológica vía online, aunque esto es un problema para los países con recursos limitados o más escasos.
Cómo afecta a la salud mental de los niños
Desde psicología y bienestar queremos aportar algo más de luz sobre el tema, haciendo hincapié en los niños.
Como se puede observar en la imagen de abajo, hemos reunido los principales síntomas que más están padeciendo los niños de 0 a 9 años. Se encuentran aún en la etapa de la infancia, y, aparentemente su salud mental se ve ligeramente afectada de forma diferente en niños y niñas.
Por tanto, los niños padecen con más frecuencia trastornos de conducta y del neurodesarrollo (cómo se desenvuelve el niño con su entorno). Cabe señalar que el cuadro crónico más habitual es el del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).
EL TDAH es un trastorno que se encuentra relacionado con trastornos del estado de ánimo, o de ansiedad. Las personas que presentan este cuadro son más propensas a desarrollar un trastorno de bipolaridad durante la adolescencia y la juventud.
En cambio, las niñas sufren más alteraciones relacionadas con las emociones. Principalmente a causa de problemas derivados de la parentalidad y del colegio. En el futuro, puede desembocar en TCA’s (Trastornos de conducta alimentaria). Cabe señalar que las niñas son más propensas a padecer estrés postraumático. Esto se debe a que sufren abusos sexuales o maltrato físico con más frecuencia que los niños.
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