El estrés es el resultado de una exposición a situaciones que superan al individuo. Esto puede ocurrir debido a una falta de recursos o herramientas para responder a tal situación. Generalmente, el cuerpo activa una serie de mecanismos que ponen al individuo alerta.
Las personas tenemos estos mecanismos desde que los primeros seres humanos se dedicaban a la caza como único método de supervivencia. En ese sentido, el estrés era imprescindible porque mantenía a las personas alerta, les indicaba que había un peligro.
Con el paso del tiempo, las vidas de los seres humanos se han vuelto más sencillas, hemos reducido los peligros, ya no tenemos que cazar. Ahora, el problema reside en que seguimos manteniendo ese mecanismo dentro de nosotros y que hay ciertas situaciones de la vida cotidiana que lo activan.
Es importante señalar que, cuando hablamos de estrés, lo primero que se nos viene a la cabeza es una connotación negativa de la palabra. Sin embargo, en términos generales, el estrés nos ayuda a esforzarnos porque nos pone alerta. Pero en exceso, nos bloquea.
Pero, ¿sienten estrés los niños? La respuesta es clara, sí. Y a continuación te explicamos cómo les afecta, qué lo causa y qué se puede hacer cuando un niño está estresado.
Cómo se manifiesta el estrés en los niños
El estrés se manifiesta en los niños de una forma diferente a la de los adultos, principalmente, por la edad. El tiempo nos permite equivocarnos, aprender de los errores, vivir situaciones, adquirir herramientas y, sobre todo, nos da el tiempo necesario para madurar cognitiva, emocional y conductualmente.
Antes de entrar en materia es necesario entender cómo funciona el estrés en los niños.
- El origen del estrés puede ser externo: Los hechos que ocurren en el entorno de los niños sobrepasan sus capacidades.
- El origen del estrés puede ser interno: Debido a un problema en cuanto a la percepción de sí mismo con el entorno.
Hay algunas particularidades, en cuanto a los efectos del estrés en los niños, como no poder dormir adecuadamente, cambios en el apetito (comer mucho o poco), apatía, irritabilidad, bajada en el rendimiento escolar, etc.
Cuando aún son muy pequeños, se manifiesta en forma de llantos, pesadillas y la conocida ansiedad por separación (preocupación o temor a estar separado de una persona importante para el niño).
Además, hay casos en los que afecta al habla o trae consigo comportamientos que ya no son propios del niño por la edad, como succionar el pulgar.
A medida que los niños van creciendo, van comprendiendo más sobre ellos mismos y las emociones y cómo les afectan. Hasta la preadolescencia no se desarrolla una comprensión medianamente profunda de cómo les afecta el estrés y la ansiedad.
Por eso mismo es necesario que sus tutores estén pendientes de ellos por si hay algún cambio en su comportamiento, actitud o rendimiento académico.
Causas o fuentes del estrés en los niños
Se puede hablar de que hay 3 pilares que recogerían la mayor parte de las causas o fuentes del estrés en los niños. Estos son: La familia, la escuela y el estado de salud.
- Dentro del ámbito de la familia, encontramos casos como la separación de los progenitores, el fallecimiento de un familiar, el nacimiento de un nuevo miembro en la familia (generalmente un hermano/a); o que perciben y sienten el estrés de los padres, por ejemplo, un padre preocupado por su situación laboral.
- En el ámbito de la escuela cabe señalar, el acoso escolar, un cambio de colegio, problemas con algún profesor, estrés por el rendimiento académico y las actividades extraescolares.
- En cuanto a la salud, hoy en día hay algunos niños que han desarrollado una preocupación excesiva debido a la pandemia que nos ha tocado vivir.
¿Qué hacer cuando un niño está estresado?
Es necesario tener en mente que los padres somos un referente para los niños y ellos se van a fijar en cómo actuamos ante situaciones de estrés. Eso no significa que tengamos que ocultarles que también sentimos ansiedad y estrés, todo lo contrario. Tienen que ver que se puede gestionar y que se puede guardar la calma antes de resolver el problema en cuestión. Ellos heredarán poco a poco las herramientas de sus padres para desenvolverse mejor en la vida.
Por otro lado, como tutores del niño, debemos preguntarles cómo se sienten, qué tal van en el colegio, amistades, si hay algo que les preocupe…
Al fin y al cabo, como tutores, administramos su tiempo. Cargarles con muchas actividades a lo largo del día puede generarles mucho estrés, por lo que es importante que tengan tiempo para ellos mismos y puedan relajarse y desconectar de sus obligaciones.
Tampoco hay que compararles con otros niños ni miembros de la familia. Cada uno aprende a una velocidad y hay que respetarlo. Es necesario mostrarles nuestro apoyo y que sepan que los queremos.
Si crees que tu hijo padece estrés, recuerda que nos encontramos en la zona de Chamartín (Madrid) y que ofrecemos terapias especializadas en niños y adultos. Las sesiones se pueden realizar de forma presencial u online. Si quieres conocer más información, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de nuestra página web.