No cabe duda de que uno de los problemas que por mucho que pasen los años sigue presente y aumentando en la sociedad es el bullying. En general, asociamos este concepto a las aulas y a los colegios, quizás únicamente pasemos estas barreras para hablar de bullying en la calle o en otro ámbito social. Sin embargo, hoy en día las redes sociales han abierto nuevas posibilidades a estos abusones, generando lo que se conoce como ciberbullying.
El bullying en otras palabras, acoso escolar, se ha dado desde siempre, en distintos espacios y abarcando diferentes edades, y con unos perfiles de personalidad muy característicos, no solo en los acosadores sino también en los acosados… En su acepción más básica, lleva implícito no sólo agresiones o distintos tipos de abusos físicos, como empujones etc., sino también algo más peligroso porque se suele ocultar mucho tiempo por vergüenza o similar, que es el bullying psicológico, aquel que, sin recibir golpes físicos, reciben otros en forma de faltas de respeto, amenaza, insultos y diferentes tipos de chantajes emocionales. De hecho, hay ocasiones en las que el maltratador se disfraza de falso amigo, confundiendo a la víctima que puede no llegar a caer en la cuenta de que está sufriendo bullying. En esto las redes sociales tienen mucho que decir.
Muchas veces este acoso o abuso, se acentúa por algunos factores que no residen únicamente en el agresor. La indiferencia de los compañeros o la falta de actuación por parte de los profesores, contribuyen a que la víctima se sienta aún más en peligro o menospreciada. Por ello el papel del docente, en especial, es crucial y su intervención tiene que ser inmediata ante cualquier indicio de amenaza de bullying.
En la actualidad, los adolescentes, tienen acceso a móviles y otros gadgets desde una edad cada vez más temprana. Este suceso y su falta de regulación tiene a partes iguales efectos positivos y efectos negativos. Uno de estos últimos es la creación de un nuevo espacio de actuación para los abusones. Mientras que antes, el hogar podría ser el lugar seguro para una persona que sufre acoso en el colegio, ahora, con las redes sociales puede seguir en peligro incluso en casa.
Las redes ofrecen la posibilidad de abrir perfiles de identidad anónima, ideales para llevar a cabo el chantaje, acoso u otras formas de bullying. La no identificación inmediata, de lo que conocemos como ciberbullying, dota este problema de mucha gravedad. El bullying en internet no tiene porque tener las mismas características que el escolar. Uno puede desembocar en el otro y al revés, pero las posibilidades son distintas.
Lo más importante, en el acoso en término generales, pero en específico el ciberbullying, es dejarse orientar por alguien experto en el tema y solicitar ayuda en sus primeros síntomas. Por ello en Psicología y Bienestar, tu psicólogo infantil en Madrid te ofrecemos la debida orientación y posterior tratamiento que sea más adecuado para luchar contra este problema, desde el principio.