Como sabemos España lleva en estado de alarma desde el pasado 14 de marzo. Sin embargo, el Gobierno empieza a estudiar cómo va a producirse la desescalada de las medidas de confinamiento.
Uno de los primeros temas en poner sobre la mesa ha sido el de permitir a los menos de 14 años salir a la calle a partir del 27 de abril para dar un paseo a fin de minimizar los efectos psicológicos negativos causados por la cuarentena entre los más pequeños.
Esta decisión fue tomada tras la elaboración de un informe por parte de la Plataforma por los Derechos de la Infancia en el que se recoge que las condiciones del confinamiento en España son las más duras del mundo para los niños ya que en otros países como Alemania o Francia los menores sí que pueden salir a la calle, aunque con restricciones.
Mientras que en nuestro país los niños solo pueden salir a la calle en circunstancias de máxima necesidad como, por ejemplo, que el adulto que esté a su cargo necesite salir a comprar y que el niño no pueda quedarse solo en casa.
Sin embargo, la idea de permitir salir a dar un paseo a los más pequeños cosechó una gran polémica entre la sociedad. Pues hay muchas personas que no consideran acertado ni seguro que los niños puedan salir a la calle.
Todo esto llevó a que el Ejecutivo accediera a que los más pequeños puedan salir a la calle, pero no por ocio sino para acompañar a los adultos a hacer recados y que así pudiesen despejarse un rato.
Sin embargo, el hecho de que los niños vayan a la compra, a la farmacia o a hacer cualquier otro recado acompañando a sus padres no supone ningún beneficio para su salud mental. Y así se lo hemos explicado varios psicólogos infantiles, entre los que me incluyo, a RTVE.
Consideramos que la rectificación del Ministerio de Sanidad para que los menores de 14 años puedan salir a la calle a pasear y no para acompañar a los adultos en sus actividades esenciales ha sido de lo más acertada y además una medida muy necesaria.
Tal y como explico en la entrevista que me ha hecho RTVE “el concepto de paseo no implica meterse en un sitio cerrado para hacer un recado, con el riesgo que eso conlleva, y sí implica salir de casa, tomar el aire, que te dé el sol y ver a otras personas, aunque sea con las medidas de distancia. Y esto claro que es una medida adecuada y necesaria”
Y me reafirmo en mi posición de que hacer la compra o acompañar a un adulto al banco no había sido significativo ni suficiente para un niño que lleva confinado seis semanas. Ya que por mucho que los niños sean capaces de adaptarse a las circunstancias incluso mejor que los adultos necesitan esas salidas porque están en pleno desarrollo.
Con todo esto creo que la rectificación del gobierno es lo que había que hacer y que los paseos tendrán una repercusión psicológica muy positiva para los niños que sin lugar a duda necesitan tomar un respiro y olvidarse por un rato del confinamiento.
Aprovecho para dejaros por aquí el artículo publicado por RTVE por si queréis leerlo y obtener más información sobre los beneficios de esta nueva medida para los más pequeños.