Hoy en día, es casi imposible imaginar la vida sin pantallas. Desde la tablet para ver los dibujos animados hasta el móvil para jugar o el ordenador para hacer los deberes, los niños y adolescentes están rodeados de tecnología. Y claro, como padres, surge la gran pregunta: ¿hasta qué punto es bueno o malo este uso?
Por un lado, las pantallas pueden ser educativas, entretenidas y una ventana al mundo. Pero, por otro, nos preocupan los efectos en su desarrollo, la falta de interacción social y el riesgo de adicción. ¿Cómo encontrar el equilibrio sin caer en prohibiciones extremas ni en un uso descontrolado? El psicólogo infantil, Íñigo Estaún, ha hablado sobre este tema en el programa de radio La Linterna en la Cadena Cope.
El impacto y los efectos de las pantallas en los niños y adolescentes
En los últimos años, cada vez hay más evidencia sobre los efectos negativos del uso excesivo de las pantallas en niños y adolescentes. Los padres y docentes buscan desesperadamente la mejor manera de gestionar esta realidad, pero el problema es más grave de lo que parece.
El psicólogo Íñigo Estaún, con más de 30 años de experiencia en el tratamiento de problemas infantiles, comparte su opinión en una entrevista para La Linterna, donde advierte que las pantallas pueden generar una adicción temprana con un impacto devastador en el desarrollo de los niños. El profesional destaca que muchos padres ni siquiera son conscientes de que sus hijos pueden pasar hasta 10 horas diarias frente a una pantalla, incluso durante la noche.
Las consecuencias son claras: dificultades de atención y concentración, trastornos del sueño y una exposición sin filtros a contenidos potencialmente peligrosos. Mientras que los videojuegos ya presentan un riesgo de adicción, las redes sociales son aún más preocupantes, debido a la “falta de control”.
Las redes sociales dejan a los menores expuestos a información que no siempre saben procesar correctamente. Los niños son esponjas a estas edades y no tienen filtros para seleccionar lo que es conveniente o realmente para ellos. Por lo tanto,
Pantallas y teléfonos móviles a estas edades: ¿Cuándo y cuánto es recomendable?
Muchos padres se cuestionan cuál es la edad adecuada para que sus hijos comiencen a usar pantallas o tengan su primer móvil, pero la respuesta no es tan simple. Según el psicólogo infantil Íñigo Estaún, no existe una regla universal, ya que el contexto social del niño juega un papel clave. Si todos sus amigos usan pantallas y juegan online, prohibírselo por completo podría aislarlo en lugar de protegerlo, generando el efecto contrario al deseado.
Por ello, el entorno social del niño juega un papel fundamental: si todos sus amigos utilizan pantallas y juegan en línea, prohibírselo por completo podría provocar aislamiento en lugar de protección. La mejor estrategia no es la restricción absoluta, sino establecer límites claros sobre el tiempo y los espacios de uso, siempre a través del diálogo y acuerdos previos con el niño.
Aunque prohibir sin más puede parecer la solución más fácil, rara vez funciona. En lugar de eso, lo más efectivo es establecer normas claras sobre el tiempo y los espacios donde se pueden usar los dispositivos, llegando siempre a acuerdos razonables con el niño. Es esencial que exista un diálogo con el menor para llegar a un consenso lógico, porque “los niños son bastante razonables en muchas ocasiones”.
¿Son los padres el mejor ejemplo?
Otro aspecto clave es el ejemplo que dan los propios padres. Muchos adultos pasan el día pegados al móvil, lo que crea una contradicción para los niños se pueden preguntar “¿Por qué ellos sí y yo no?”. La coherencia en el hogar es fundamental para fomentar un uso saludable de la tecnología.
Este especialista en psicología infantil también destaca que las consecuencias del uso excesivo de pantallas hoy en día son muy distintas a las de generaciones anteriores. Antes, podíamos engancharnos a la televisión, pero su acceso estaba limitado a un espacio y un horario concreto.
En cambio, los dispositivos móviles han cambiado por completo las reglas del juego, ya que permiten una conexión constante, en cualquier lugar y momento. Por lo tanto, esto agrava el impacto en el desarrollo de los jóvenes actuales y plantea un desafío aún mayor para las generaciones futuras.
En resumen, el uso de pantallas en niños y adolescentes es un tema que preocupa a muchos padres. Prohibirlas por completo no es la solución, pero tampoco lo es permitir un uso sin control. El equilibrio ideal se encuentra en establecer límites claros y fomentar un uso responsable, siempre teniendo en cuenta el contexto social del niño.
Si te preocupa cómo gestionar el uso de pantallas en tu hogar o necesitas orientación profesional, en Psicología y Bienestar podemos ayudarte. Ponte en contacto con nosotros y descubre cómo acompañar a tus hijos en un entorno digital saludable.